Danza en do mayor es uno de los poemas de más largo aliento del poeta Héctor Cisneros Vázquez. Inspirado en el director de orquesta valenciano José Luis Castillo, cuenta la historia de un director que —con la vocación dividida entre al música y el baile— decide hacer música bailando tras un accidente que lo deja inhabilitado para la danza. En medio de la sala de conciertos, el director toma de la mano a la Música, quien no sabe bailar. «Bailar no es seguir la música, es crearla; la música es la que sigue a los danzantes», él sabe, y dirige a la orquesta con su baile.

Héctor Cisneros, en este poema, entremezcla de una forma magistral el mundo del baile con el de la música. En él, los trombones hacen un glissando como una bailarina un glissade; alguien camina como un felino, dando unos pas de chat, sobre las teclas del piano, y los violonchelos se vuelven musas de madera que bailan con los violonchelistas que les acarician con los arcos. El poder de la metáfora para transformar y enriquecer nuestra realidad, no tiene parangón en este poema.